LA MARCA PERSONAL DE STEVE JOBS EN LA CLAVE DEL ÉXITO LUEGO DEL FRACASO

Algunas veces en nuestra vida nos sentimos rodeados de oscuridad, una penumbra densa que nos asfixia y nos obliga a pensar profunda y dolorosamente si los pasos que dimos para llegar a ese punto fueron los correctos o no. Fracaso, le solemos llamar. Esta es una experiencia que Steve Jobs, como todos, también vivió.

Genio, empresario, multimillonario y revolucionario de la tecnología. Cofundador de Apple y creador del primer computador personal de la historia. Pensaríamos que por ser un nombre que reconocemos con esas etiquetas de fama y dinero, se trataba de una empresa más. Sin embargo, esto es una minúscula parte de la huella que Jobs ha dejado para las siguientes generaciones. Su nombre hecho marca, su historia hecha empresa, sus productos hechos necesidad. 

La peculiaridad de él es muy llamativa porque incluso él mismo lo repetía hasta sus últimos discursos y lo llevó a crear dos de las empresas más poderosas en sus mercados internacionalmente, Apple y Pixar.

Steve Jobs amaba lo que hacía y Apple es el fruto de su amor

Mucho de su pasado no tenía sentido para él hasta que empezó a tener éxito. “Éxito” es una palabra un poco ambigua en estos tiempos. Desde luego el éxito tiene que ver con el boost personal, avanzar de un punto A a un punto B y sentir lo que se supone es la felicidad. Según cómo vivamos y lo que experimentemos, el éxito y la felicidad serán parte nuestra en una única forma que solo nosotros reconoceremos. Es importante destacar esto porque si buscamos el nombre de Steve Jobs, miles de resultados relacionados con el éxito saldrán a tope reclamando que cualquiera puede volverse millonario. Pero esto se aleja un poco de la realidad.

“A veces la vida te va a golpear en la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fé” dijo Steve una vez. Y esto resuena con la idea del fracaso y el éxito. Los padres biológicos de Steve eran una pareja joven que desertó la academia e hicieron lo posible por dejarlo en manos de una familia con educación superior, sin embargo, su nueva familia tampoco eran académicos. Esta historia de su infancia, entre dispersión de ideas y cuestionamientos oscuros sobre su propia vida, Steve la tomó para propulsarse y demostrar una cosa específica: El amor es el energizante para el éxito.

Todos conocemos ese aspecto de su vida, el bebé que fue adoptado y que abandonó sus estudios para hacer algo más y terminó convirtiéndose en un multimillonario mundial. Es un gran referente para motivar a todas las generaciones, pero cuyo discurso se distorsiona. El mensaje no es abandonar la escuela, sino amar lo que se hace y hacer lo que amas. Steve Jobs fue rechazado, desertor y fracasado, pero hacía lo que lo mantenía con energía y dejó una huella para siempre. 

No se llega al éxito sin antes pasar por el fracaso

Seguramente Toy Story nos suena a todos sin importar la edad; la primera película animada en computador que dejó en las mentes de los más pequeños la sospecha de que sus juguetes cobraban vida cuando no los veían… O el iPhone 1, tan distintivo en su época,el celular de la manzanita.

Los aportes de Steve en el mundo hacen parte del polvillo espacio-temporal que vamos trazando desde la Tierra y que en otras galaxias verían como estrellas. Hay todo un pasado dándole inicio al futuro, y este es uno de los tantos aspectos que caracterizaban a Jobs cuando se dirigía a los jóvenes y adultos sumergidos en la densa oscuridad.

No conformarse. No rendirse. Todos los errores y fracasos de antes son la razón por la que llegamos al presente. Él admitía no haberle encontrado sentido a las cosas y estuvo buscando respuesta por un largo tiempo. Por qué sus padres lo dieron en adopción, por qué es tan importante tener una carrera  universitaria, por qué debía estudiar cosas que no le gustaban, por qué algunos colegas lo abandonaron y traicionaron…Hasta llegar a las personas correctas.

La marca e imagen personal de Steve Jobs 

El construir relaciones que enriquezcan el ser hace parte de la experiencia necesaria para hallar la luz con más facilidad en momentos turbios. Steve Jobs desde sus primeras conexiones con los fundadores de la Hewlett Packard, luego sus maestros  de caligrafía que usó para innovar al mismo tiempo que lanzaba el primer computador con tipografías, hasta el momento en que conoció la mujer que llamó amor de su vida.

A esto, entre su facilidad para contar sus historias personales y su gracia para relatar, Steve Jobs es lo que la Generación Z llama relatable, es decir, “identificable”. Porque no fue un millonario más contando cómo ha cambiado la vida de la humanidad, sino que fue una persona capaz de mostrarse vulnerable con un mundo que lo conoce pero él a ellos no, y nosotros nos identificamos con esto, sobre todo ahora en la era digital.

Aunque resulta más sencillo encontrar referentes reconocidos para hablar de la importancia de la marca personal, todos conocemos a alguien que lo está haciendo y si aún no es así, es porque ese alguien somos nosotros. El networking, aunque no servido en bandeja de plata, es posible si nos relacionamos con las personas dispuestas a esquivar obstáculos, a crear relaciones fuertes y dejar huella en las vidas. Huellas de pasos cortos, pero seguros, que dejarán el mundo mejor a como lo encontramos. El legado de Steve Jobs para la humanidad es la clave para identificar quiénes somos o quiénes queremos ser para impactar y quedar impregnados; no conformarse.